domingo, 30 de junio de 2013

Presentación del catálogo de la exposición en La Pobla Tornesa. 1987

Manolo Safont, unas notas
Jaime Jiménez de Haro. 1987
Texto para el catálogo de la exposición de Manolo Safont en La Pobla Tornesa (Castelló)
 
Aire
Agua
Fuego
Tierra
Fundente
Colorante
Textura
Opacitante
Oxido de titanio:
Rojos, azules, verdes
Oxido de manganeso.
Violetas
Manganeso: mate
Rojos de cadmio y selenio
Cambios:
Rojos, azules, verdes
Vidrio:
Oxido de plomo y arena
Caolín
Barro rosa: Bizcochado a temperatura 1.100º C bajo cubierta, blanqueado con óxido de estaño fundente transparente y sobrebarnizado.
Miro todos los componentes sobre soporte refractario de 60 x 38 cm: Colorantes, óxidos, materias primas en su cocción a 980º C o poco más con sus artilugios de trabajo.
Todo este mundo, el del ceramista, el del alquimista de la proporción por tazas, cucharadas o medidas de la mano, Manuel Safont que en el año 52 inaugura su taller individual en Onda con estampas decorativas, santos y bailarinas, pájaros y paisajes que reflejan una imagen de cartel, o de estampa que consigue aguadas y texturas de fondo que hacen confundir la pieza cerámica con la pintura.
Pintura; Manuel Safont es el pintor ceramista, todo en él es color y textura, relieve y color y siempre el fuego es el catalizador, controlado por este mago de la ilusión plástica de la cerámica.
En el 58 -encargos- trabaja metiéndose de lleno en la investigación, porque Safont descubrió desde el principio del trabajo sobre cubierta que disfrutaba pintando; obtiene tres premios en Valencia, uno de ellos con un S. José que siluetea raspando el relieve del color de superficie e investiga superponiendo colores y reactivos.
En 1961 inaugura su primera exposición en la Sala Estilo, una galería hoy desaparecida y donde actualmente se encuentra la librería Surco en la Plaza del Sol. El ilustre pintor castellonense D. Batiste Porcar al conocer su obra le llamará el "Pintor de foc". Experimenta en la figuración pero sus superficies son siempre ricas en texturas y color y D. José Hierro al ver la soberbia calidad de su textura le diría: " ... no se hicieron las tres carabelas para navegar por el Jarama..." refiriéndose a la tremenda fuerza que advierte en el poder expresivo de las superficies de Safont, incitándole hacia la abstracción, pero Safont en esta época navega entre la abstracción y la figuración, se sirve de las dos para expresar todo aquello que le inquieta y necesita resolver.
Del 58 al 60 decora despachos -y he visto en su estudio- un bodegÓn con botellas del 59 con pequeños formatos de azulejo, unos cuadrados y otros rectangulares, que me recordaba las pinturas entre Matisse, Braque y en algunas botellas veía la estilización de los cuellos de Modigliani con desplazamientos de la forma.
Del 60 al 62 continuará sus bodegones con reactivos y base de color con planos.
Safont vive el movimiento informalista su carácter e ideología antifranquista le hacen entrar en la abstracción; dominado por su borrachera de color, los verdes, los ocres, negros, sus trabajos eso si, siempre en esta época tienen una factura sobria de color y un dinamismo excitante de forma, se mueve la superficie explosiona y el relieve es patente, la dirección se mueve a pinceladas o con cargas de materias de derecha a izquierda de arriba abajo; es importante decir que el casamiento de las diferentes piezas no altera la superficie hasta el borde mismo de la arista de cada pieza, siempre el casamiento de una pieza con otra mantiene su continuidad, como gran artesano y conocedor del hacer del taulell, y esto siempre será un factor común en su trabajo, tenga mucha o poca pasta de soporte la traslación de una pieza a otra es impecable.
A partir del año 62 en que expone en Madrid invitado por la Dirección General de Bellas Artes eliminando la figuración por la necesidad de disfrutar de la materia, no fijándose en convención ninguna utiliza la abstracción como liberación. Aunque tiene estapas en las que entra en la figuración de la pintura social y de esta época tiene una serie de trabajos simbólicos con evocaciones a los trabajadores de las fábricas de azulejos, que por curiosidad verlas hoy muchas de ellas en diapositivas o en la película que Paco Marco y Falo Menezo le hicieron en Onda, pocas de estas piezas están hoy en poder de Manuel Safont, vendidas y exportadas al extranjero algunas de ellas, tienen un valor expresionista tremendo: trabajadores en prensas hidráulicas, un mural con una gran mano, blanca, cortada con fondos negros, verdes de cobre y rojos; los rojos carmín tan habituales de Safont, son sobrecogedoras todas estas piezas y de un valor que verdaderamente debemos reivindicar por su riqueza tanto social con expresiva y un mural también con el rostro de Ernesto Che Guevera. Es la época en un exilio interior y sólo puede liberarse fuera del régimen.
La pintura social lo lleva hasta finales del franquismo y es después de muerto Franco a finales de los 70 cuando finalmente "gana la abstracción".
Son muchas las cosas que pueden contarse de Manuel Safont porque es, lo que se dice un personaje del Arte con mayúsculas y su experiencia siempre ha estado al servicio de la cultura. Ha recopilado en ello pues ha dedicado toda su vida a esta empresa, ha sido y es su pasión la cerámica, el mundo que le ha rodeado desde niño. Recuerdo una visita a la fábrica Sagironda en la que su abuela vivió en el piso de la antigua fábrica que hoy forma parte de la misma; esa cantidad de datos con los que cuenta y han engrosado el Museo Municipal de su ciudad con sus desvelos y su continua preocupación por rescatar piezas, que sin él hubiera sido difícil llegar a disfrutar y siempre este "Homus locci" con las tradiciones recopiladas ha experimentado y vuelto al revés y en muchas direcciones las posibilidades del material cerámico.
Su actual exposición en la Pobla Tornesa cuenta con una serie de piezas en las que podremos ver su esplendoroso color, en el que el relieve de las pastas y la superposición por aguadas en la superficie de la cubierta, consigue rojos, amarillos, naranjas, verdes y azules sobre superficie de gran relieve de blancos y en contraposición zonas de fondo negro que van desde la leve pincelada sobre el soporte liberado en zonas a la mayor cantidad de relieve del color, con superposiciones de manchas orgánicas de amarillo y aguadas a zonas redondeadas de un rojo o rojo anaranjado, que producen una sensación impresionista.
Si Monet no hubiera manchado en una forma tan abierta el color en las últimas series de los nenufares, seguramente Jackson Pollok hubiera tomado sino el mismo derrotero otro similar pero no el que llego a experimentar a través de aquel.
Safont en la lección que nos muestra nos adentra en un mundo en el que la abstracción y la libertad en el trazo el goteo, el chorreo, el relieve y la suma de agudas del color asumen el conocimiento de la plástica conteporánea en las manos de un ceramista que materializa con tierra, óxidos y fuego aquello que toca.
 
 
 

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