miércoles, 24 de julio de 2013

Un abstracto clásico

En el año 1973 Manolo Safont realizó este cuadro, que podemos situar en un momento muy importante de su trayectoria, tras la superación de los primeros abstractos en los que figuras humanas más definidas presidían las composiciones, denunciando la opresión obrera por parte de un capitalismo feroz (un tema muy actual como puede verse), así como la falta de libertades, en una época en la que los últimos coletazos del franquismo eran bien patentes.
 
Entre 1973 y 1974 Safont realizó un conjunto de cuadros tremendamente importantes y el que reproducimos a continuación tuvo para él un especial significado, no en balde poco después de su realización lo depositó en el Museo de Arte Contemporáneo de Vilafamés, en donde estuvo expuesto varios años en su sala principal, en compañía de obras de notables artistas contemporáneos españoles del momento.
 
Representa a una víctina de la represión, acribillada a balazos, pero se trata de una figura diluida en un intenso juego de colores y materia especialmente bien trabajada, que orienta la mirada del espectador en primer lugar hacia el lado meramente estético de la obra, pero el mensaje que transmite va llegándole poco a poco con posterioridad.


 
En los detalles de este mismo cuadro que presentamos a continuación, puede comprobarse la calidad de su trabajo, y el dominio del empleo de la materia, a la que él se refiere en muchos de sus apuntes manuscritos conservados. Son en realidad como pequeñas obras de arte por sí solos, aunque formen parte de un mismo trabajo.
 
 







 
 
 
 
 

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